Por Patricia Muñoz
Todos tenemos una historia, nuestra historia, con motivos, grandes o chiquitos que nos hicieron partir y dejar esa ciudad inmensa, acostada en una costa desprolija que se perfuma con tilos cada primavera.
Ese lugar en el que se despierta el sol cada mañana asomando entre las olas, Mar del Plata, nuestra ciudad.
Ahí andamos, por el mundo, tratando de encajar en otras sociedades, culturas, costumbres. Sabiendo que la playa nos espera, siempre y que con un cerrar de ojos estamos ahí, de cara al mar, con el viento pegando en el cuerpo.
Aquellos que se quejan de que la tecnología separa a la gente nunca estuvieron afuera. Cerca o lejos, hoy podemos asomarnos a espiar a nuestra ciudad que crece, se extiende, se transforma sin nosotros.
Un fondo de pantalla en la computadora. Una foto guardada en el teléfono que no nos animamos a borrar. Un caracol que nos trajimos en el bolsillo del vaquero esa mañana que nos escapamos a Alfonsina cuando estuvimos de visita allá por el año…son pruebas de que estamos, aunque nos hayamos ido.
Cuando los argentinos que andamos por el mundo nos encontramos, los marplatenses siempre somos recibidos con una sonrisa, porque nuestra ciudad alberga risas, memorias, buenos momentos, compartidos en familia o con amigos. Somos afortunados, miembros de un club preciado al que muchos quisieran pertenecer.
Somos marplatenses.
Y cuando dos marplatenses se cruzan en una vereda, andando por el mundo, generalmente se produce el siguiente dialogo:
-“De que barrio sos?”
-“Donde estudiaste?”
-“De que trabajabas?”
Así, la charla sigue su marcha hacia la gastronomía, el deporte, entretenimientos y hobbies. El cerebro busca por vías de conexión, por puntos en común, por elementos para construir una relación. La base esta marcada: venimos de la misma mágica ciudad, ahora hay que crear el entorno. Hay que formar una comunidad.
Aquí vamos. Soy marplatense. De chica me crie en un departamento en Corrientes y Rivadavia, así que crecí patinando en la rambla y mirando a los Títeres de Pepe en el Sacoa. Fui a la escuelas Nro. 1, Nro.2, y Nro. 32, cursé la secundaria en la Piloto, fui parte de la Comunidad Guía Santa Ana por más de 10 años y después de pasar por los barrios Pompeya y Don Bosco, mi familia se instaló en Parque Luro cuando había más baldíos que casas.
Mientras estudiaba periodismo en La Plata , colaboraba con las Columnas de la Juventud del Diario La Capital y la producción de programas de radio en LU6 como “Música Vinilo” y “Movimiento”. A fines de los 80 conocí a mi marido, estudiante de cocina en la Escuela de Gastronomía que funcionaba en el Hotel Provincial y debido a que la ciudad no tenia en ese entonces un hotel de cinco estrellas, nos mudamos a Bariloche, donde empezamos un periplo que nos llevó por Villa La Angostura, Pamplona (España) y finalmente terminamos hace más de 20 años en Central New Jersey, Estados Unidos. Y el resto, es el ahora.
Tu turno
Creo que poca gente va a celebrar tanto la llegada del nuevo portal de La Capital online como los marplatenses en el exterior. A partir de ahora, comunicarnos con la ciudad de nuestros amores será más simple, veloz, real.
Con el nuevo sitio web, llega también la hora de re-conectarnos, presentarnos y re-crear nuestra comunidad: de los que andamos por el mundo con el carnet de marplatense.
Vos sabes quien sos
Sos el que se muere por una caja de alfajores y lagrimea cuando escucha Alfonsina y el Mar caminando por un shopping europeo. Sos el que vive cerca de la playa en Estados Unidos y no puede dejar de comparar y pensar, que aunque el agua sea más fría, la Popular se entibia con las risas de los amigos.
Sos un marplatense por el mundo. Fronteras afuera, pero con la arena en los pies.
Arrima una silla y acércate.
Contanos tu historia.
Bienvenidos a la Comunidad Virtual de los Marplatenses por el mundo.